viernes, junio 03, 2011

El know-do gap y la ciencia de la implementación


El movimiento por una atención sanitaria basada en la evidencia ha permitido, entre otras cosas, aflorar la brecha entre la práctica profesional y el conocimiento disponible. Con el propósito de minorar esa brecha ha emergido la D+I: Dissemination and Implementation Research, un área fecunda de conocimiento en países anglosajones y escandinavos, que en este país reemplazamos alegremente por nuestro "sentido común" y habilidad innata. No es extraño que hacer búsquedas en Google en español sobre ciencia de implementación, investigación en implementación o conceptos afines de unos resultados paupérrimos.
Avanzar en este campo no resulta cómodo, pues supone cuestionar prácticas de gestión y tradiciones investigadoras muy arraigadas. Como bien dice Larry Green "para implementar prácticas basadas en la evidencia, necesitamos más evidencias basadas en la práctica". Es hora de potenciar la investigación en contextos reales y aportar datos de efectividad que distan mucho de los de eficacia. Cuando el perfil de pacientes con necesidades múltiples y complejas, pluripatologicos, polimedicados, etc. es cada vez más abundante, la investigación de eficacia "tradicional" se muestra inefectiva y alejada de la realidad, incluso con riesgos evidentes de resultar dañina.
Como dice Richard Smith en su blog “If I were the king I would throttle back dramatically on discovery research and concentrate on research to implement what we already know—that could make a huge difference”. La ciencia de la implementación y la investigación en condiciones reales pueden marcar una gran diferencia, lamentablemente continuan subfinanciadas. Un verdadera atención sanitaria basada en el conocimiento necesita sus aportaciones.
Roberto Nuño Solinís
Director de O+Berri

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